Como le explicaba a Marissa en el correo electrónico, esta semana ha sido bastante más difícil en muchos aspectos para mí, pero gracias a Dios, ahora me da la sensación de que las dificultades ya se van desapareciendo y que las cosas se están cambiando para bien.

La muerte de mi tío ha sido otro palo muy gordo para todos, y sinceramente el hecho de que me encuentre tan lejos de mi familia me ha hecho sentir aun peor. Me entristece que Chechu no vaya a poderlo conocer en persona, y que ya no lo veré más en esta vida. Pero sé que ahora mismo está en la presencia de Dios, libre de enfermedades y dolencias. Y sé que lo volveré a ver cuando parta de esta Tierra.

Hablé con mi hermana esta tarde por teléfono, y me comentaba que debido al hecho de que mi madre está en mora de pagar la hipoteca, el banco le está amenazando con quitarle la casa. Ha de reunir unos $1600 en las próximas semanas porque si no la van a desahuciar. Mi madre no me comentó nada de eso cuando hablé con ella. Quisiera llamarla en algún momento hoy para poder hablar del tema ya que Chechu y yo hemos dicho que le mandaremos dinero si hace falta. Sé que Dios tiene el control de todas las cosas, y sé que Él no nos ha llevado hasta aquí para abandonarnos.

La verdad es que son muchas cosas que han sucedido en estos días, una tras otra. El miércoles cuando estuve en el local con Estér, me comentó que debería tener cuidado a la hora de hablar con la gente (supongo que se referiría a las muchachas de la iglesia) y ser sabia con respecto a la información que comparta con ellas. Me lo dijo porque evidentemente alguien ha estado hablando de mí con los demás, repitiendo algo que yo supuestamente le había comentado. La verdad es que la noticia, cuando me la dio, me chocó muchísimo pero, sinceramente, no me preocupa mucho el tema porque sé que yo no he dicho nada a nadie. Pero ya que me han dicho eso, por supuesto seré más sabia.