Marcus ha fallecido.
Aun con la tristeza que siento, lo que me consuela es saber que ahora está con el Señor, libre de todo dolor y enfermedad. Lo hemos amado y disfrutado desde aquel día en marzo de 2000 cuando lo llevamos a casa por primera vez hasta el día de hoy cuando lo vimos exhalar su último suspiro. Hay un lugar especial en mi corazón que siempre ocupará, y siempre guardaré los recuerdos incalculables de él y de la alegría que nos ha dado a lo largo de su vida. Ha sido un amiguito fiel y valiente y lo voy a echar mucho de menos.
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